Kama Sutra: El amor nos sienta bien

Sexualidad Espiritual

En prácticamente todas las civilizaciones y en todos los pueblos, por primitivos que sean o hayan sido, las relaciones sexuales están ligadas a algún aspecto espiritual.

Los libros sagrados de las principales religiones tienen apartados especiales para abordar el aspecto espiritual de la sexualidad. En la Biblia es “El Cantar de los cantares”, y los hindúes lo hacen en sus magníficos textos del Kamasutra.

Debido a la educación represora que experimentan algunas personas, nunca logran apreciar el lado espiritual de la sexualidad y tienen que recurrir a mecanismos defensivos psicológicos como la escisión, la represión o la negación, para permitirse gozar sexualmente sin sentirse culpables ni malos por ello, aunque no alcancen el nivel de satisfacción de quienes no necesitan recurrir a tales defensas.

Estas experiencias contribuyen a la maduración personal, lo cual acerca a las personas a mejores posibilidades de realización personal, emocional, sentimental, sexual y espiritual, alimentando el deseo de repetir la experiencia de manera cotidiana, con el consiguiente bienestar general de la pareja y de la familia.

El Kama Sutra es un antiguo texto hindú que trata sobre el comportamiento sexual del hombre. Fue escrito por Vatsyayana y se sitúa al autor entre el primer siglo y el sexto, probablemente durante el periodo Gupta, y se ha considerado como el trabajo básico sobre el amor en la literatura sánscrita. Según han pasado los años y los siglos se han publicado diversas versiones. El Kama Sutra también se conoce con el nombre de Kama Shastra.

Tradicionalmente, la primera transmisión del Kama Shastra es atribuído a Nandi, el toro sagrado y guardián de Shiva, que tuvo la sagrada misión de ver y escuchar al Dios y a su mujer Parvati haciendo el amor, debiendo luego transmitirlo en beneficio de la humanidad.

Vatsyayana decía que la unión erótica de un hombre y una mujer exige un método. Entre los animales la vida sexual no necesita de esos métodos porque las hembras no se mantienen escondidas, y el apareamiento tiene lugar durante el periodo de celo no estando acompañadas de reflexión alguna.

Vatsyayana, el autor del Kama Sutra, consideraba que había 8 maneras básicas de hacer el amor, y 8 posiciones principales. Así pues el Kama Sutra tiene un total de lo que se llama 64 artes, que es el nombre que da el autor a la combinación de una manera de hacer el amor con una posición. El capítulo donde se enumeran estas múltiples artes es el más conocido, pero hay que recordar que esto es sólo una parte de Kama Sutra, y hay que tener en cuenta el resto de las enseñanzas, donde cabe destacar la afirmación de que hacer el amor es el arte de jugar el uno con el otro.

El Kama Sutra ofrece también consejo sobre como ser un buen ciudadano y muestra algunas ideas sobre las relaciones entre hombres y mujeres. El Kama Sutra define el sexo como una “unión divina”. El autor creía que el sexo por sí mismo no era algo malo, pero practicarlo de manera frívola si era pecaminoso.

El Kama Sutra ha ayudado al muchas personas a disfrutar del arte del sexo a un nivel más profundo y puede considerarse como una guía técnica para el disfrute sexual, así como un esbozo de las prácticas sexuales de la India durante esa época.

Vatsyayana decía que durante la infancia, una persona debería aprender a sentirse vivo, la juventud es el momento del placer. Según pasa el tiempo hay que concentrarse en vivir virtuosamente. A veces se confunde el Kama Sutra y se considera un manual del sexo tántrico. Aunque las prácticas sexuales existen dentro de las amplias tradiciones del tantra hindu, el Kama Sutra no es un texto tántrico, y no tienen nada que ver con los ritos asociados con algunas formas de la práctica tántrica.

Hay que destacar que la India nunca ha entendido las relaciones entre hombres y mujeres en términos de dedicación afable o atracción recíproca. El sexo estaba sometido a normas de orden social y religioso, incluso de una forma más rigurosa que en occidente. Pero se consideraba al sexo como una necesidad primaria, como puede ser la comida, y el abrazo por ejemplo es un placer necesario que sin él puede llevarnos al sufrimiento. En la sociedad brahmánica las mujeres han sido relegadas a una posición de inferioridad, se les ha considerado seres impuros. Las mujeres no podían aprender la ciencia sagrada o participar en ritos védicos. Se decía que eran una prolongación del hombre dependiendo de él exclusivamente. Si la mujer llega al ideal de entrega y fidelidad absoluta puede transformase en un ser sublime, y si renuncian a la misión de esposas adquieren un papel de prostitutas en la sociedad. Puede pensarse que al considerarlas seres inferiores tienen en el ámbito erótico la exclusiva función de dar placer al hombre, pero resulta que sucede un milagro en este aspecto.

El Kama Sutra dice que en la sensualidad las mujeres adquieren paridad absoluta con el hombre, y que debe buscarse a la mujer satisfecha sin ningún tipo de egoísmos, ya que además la verdadera satisfacción del hombre depende de la participación y estremecimiento de ambos.

En la literatura brahmánica, el Kama Sutra es el único tratado que se dirige también a un público femenino y les invita a su estudio.