Fritz the Cat: Sexo animal, drogas y mucho bardo.

Ficha Técnica IMDB
[1972] · 78 min
Dirección: Ralph Bakshi
Producción: Steve Krantz
Guión: Ralph Bakshi
Voces: Skip Hinnant, Rosetta LeNoire, John McCurry y Phil Seuling, entre otros.

En el año 1970, tomando una decisión que más tarde lamentaría enormemente, Robert Crumb vendió los derechos de autor de su personaje El gato Fritz para la realización de una película de animación con el depravado minino como indiscutible protagonista; así, Fritz the Cat, que vería la luz en 1972, supuso el debut en la gran pantalla de Ralph Bakshi (Nueva York, 1938), director y guionista que, con el tiempo, acabaría especializándose en la animación cinematográfica con películas como El Señor de los Anillos en 1978 (técnicamente revolucionaria) y la más reciente Cool World (1992), en la que -mezclando personajes reales y de dibujos animados- tomarían parte actores de la talla de Gabriel Byrne, Kim Basinger y Brad Pitt.

Basada en tres historias alternas de Fritz (en las que observamos su transición de universitario y poeta torturado a crápula obsesionado con las drogas y el sexo), Fritz the Cat contó con la participación de más de cincuenta artistas y animadores (incluyendo a un Jim Davis que posteriormente se haría famoso con su creación de un gato bastante más modoso y faldero llamado Garfield) que darían al film un acabado técnico de bellísima factura muy particular dentro de la filmografía de Bakshi, ya que al tomar prestados del propio Crumb varios recursos estilísticos (como el uso de las líneas pesadas, por ejemplo) el resultado final se parece bien poco a cualquiera de sus otras producciones.

Además, la película cuenta con una magnífica banda sonora apoyada en el jazz que incluye a figuras como Charles Earland y Merle Saunders (haciendo honor al refinado gusto de Crumb por los clásicos). Recaudando en taquilla la impresionante cifra de 25 millones de dólares -cuando apenas se había gastado un millón en su producción- gracias a la asociación del producto con el nombre de Crumb (ya por entonces en boga) y a una publicidad que explotaba sin tapujos su condición de primera película de animación clasificada X por las autoridades, el largometraje fue inicial y paradójicamente dirigido a toda aquella generación de hippies sesenteros que ya disfrutaran con los comics del impresentable felino, cuando en la práctica suponía una calculada parodia animada acerca de los valores contraculturales y revolucionarios que aquellos llevaban por bandera.

Y sería a pesar de este carácter polémico e innovador (con la fuerte carga de erotismo y crítica social que caracterizaban al personaje de las viñetas) que el mismísimo Crumb se mostrase siempre muy disgustado con esta adaptación de Fritz al cine, renegando inmediatamente del proyecto:

“Fritz The Cat es una de mis obras más conocidas, sin duda porque se hizo una película de dibujos animados que me seguirá avergonzando durante el resto de mi vida. Debo decir que no tuve nada que ver con la película, yo no quería que se hiciese, me parecían unos embaucadores, pero pasaron por encima de mí. Así que tiempo después maté al personaje en una historieta, hice que una avestruz hembra le clavase un pica-hielos en la cabeza.”

Sin embargo, y aunque Crumb -ignorado cuando intentó detener el proyecto- llegó a poner una demanda a los productores ante la inclusión de su nombre en los títulos de crédito, la versión que da Bakshi al respecto difiere bastante: “[Crumb] quería atribuirse todo el crédito. Pero por suerte el cine no funciona así”. Lo cierto es que como represalia, y en el mismo año de su estreno, se publica Fritz the Cat Superstar, donde el Crumb más vengativo nos muestra a un Fritz avejentado y en franca decadencia (acompañado por las evidentes versiones de unos Bakshi y Krantz -productor del film- representados como pajarraco buitresco y cerdo ricachón respectivamente) que termina siendo asesinado brutalmente en una vana maniobra de Robert por evitar cualquier posible secuela cinematográfica.

Ante toda esta polémica, Bakshi encogió de hombros y pasó a la realización de su siguiente película (Heavy Traffic, 1973), mientras que Krantz -que quería seguir sacándole jugo al asunto- se lanzó en 1974 a escribir y dirigir (bajo el pseudónimo de Robert Taylor) The nine lives of Fritz the Cat (Las nueve vidas de Fritz el Gato), donde Fritz se imagina a sí mismo teniendo un viaje de tripi hacia un mundo mucho más soportable que el real aunque igual de peligroso (ya que termina siendo asesinado en varias ocasiones) en una indeseada secuela que, ante la falta de aportes creativos de calidad (ya fueran de Bakshi o del propio Crumb), pasó sin pena ni gloria, al contrario que Fritz the Cat que, con todo, sigue siendo considerada como uno de los grandes filmes de animación dentro de la historia del cine.

Fuente: webalrobertcrumb.com



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