Broma de algún viento
Y llegó hasta mí viajando cual centella
La esperada música de su mano diestra
Repiqueteantes sus dedos llamando a mi puerta
No en el golpeador, sino en la madera
Como si indagaran buscando nobleza
En aquella que fue árbol, y ahora ya no era.
Yo la recibo callado, solitario y quieto
Y no contesto creyendo que sueño
Confundido por la bondad del vino
La oscuridad, o mi propio silencio
Y en mi sombra agazapado, entonces espero
La llegada urgente de unos nuevos ecos.
Llega al fin su voz, campana de estrellas
Con un dulce tono diciendo ser ella
Salto veloz y dichoso, y dejo mi cama
Con tanta torpeza, que mi bruto pie a
La copa vuelca, y va mi emoción a abrirle
La puerta, mi piel erizada, y mi sangre inquieta.
Pronto ya en mi risa, una mueca tejo
Terrible sorpresa cuando a nadie veo
Insistiendo miro temblando perplejo
Hacia todas partes buscando su cuerpo
Se de que se trata llorando comprendo
Es cruelmente esto, broma de algún viento
Gabriel Giovanni